Puede afirmarse con seguridad que el éxito de la educación se debe al nivel y calidad de la cultura nacional.
«El
éxito finlandés se debe a que encajan tres estructuras: la familia, la escuela
y los recursos socioculturales (bibliotecas, ludotecas, cines...)», explica
Melgarejo. Los tres engranajes están ligados y funcionan de forma coordinada.
«Los
padres tienen la convicción de que son los primeros responsables de la
educación de sus hijos, por delante de la escuela» y complementan el esfuerzo
que se hace en el colegio.
«En
Finlandia el 80% de las familias van a la biblioteca el fin de semana», añade
el psicólogo escolar catalán, para quien este estímulo de la lectura en casa
resulta fundamental. El sistema social finlandés contribuye con numerosas
ayudas oficiales a las familias, que pueden conciliar su trabajo y la atención
a sus hijos.
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